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A True Story

 

El culto a lo que vemos nos une a los objetos, somos idólatras y necesitamos personificar a lo que adoramos, así, esos objetos toman su propia dimensión, se convierten en deseo, en vínculos con la vida, con el pasado, con las emociones. Nos atamos a ellos y tratamos de protegerlos de la mirada de los otros, del paso del tiempo porque tienen algo de nosotros mismos, son nada y nos describen a nosotros. Esta fuerza, esta posesión nos dice que no son nuestros, somos de ellos. A pesar de desconocer su verdadera sustancia, sin tener noción consciente del peso de su existencia en la nuestra, basta la forma materializada para que le demos un espacio en nuestra memoria. 

                                                        Avelina Lesper

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